lunes, 9 de noviembre de 2009

dos

No tengo miedo a la oscuridad.
De mis posibles temores las oscuridad no es uno de ellos.Ni la oscuridad ni lo que se mueve en ella. La nada es otra historia. No me refiero a la nada como concepto, sino como material: Esa nada densa y viscosa, que parece vibrar de forma sorda, haciendo imposible apartar la mirada, salir a la realidad para tomar aire , darte la vuelta y seguir durmiendo.
Como cuando eres niño y en mitad de la noche quieres ir al baño: cuando reunes el valor (o te pueden las ganas), no puedes evitar pensar en una mano huesuda agarrando tu muñeca, momentos antes de tocar el interructor de la luz.
Como cuando en el autobús, te ha tocado ventanilla , pasas a moderada velocidad junto a un accidente predeciblemente funesto y no puedes evitar mirar.
Como buscar porno de enanos en Internet, es algo que no se puede evitar.

1 comentario:

  1. cuéntame la de aquel camino.... la de que en el salón había velas para ver....

    y yo duermo...hasta que me despiertas.

    ResponderEliminar